¿Qué
tipo de coberturas
se debe buscar en un seguro de vida?Si quieres
eliminar los malos hábitos alimenticios
durante las horas de oficina, primero debes tomar en cuenta qué tipo de trabajo realizas. No existe una dieta perfecta e infalible para todos los casos, sino más bien una serie de recomendaciones basadas en tu actividad que te permitirán mejorar poco a poco y te sentarán muy bien cuando las hayas incorporado a tu día a día.Comer mal en horarios
de oficina afecta la salud y reduce la productividad.Una buena alimentación es aún más importante cuando la vida laboral se combina con la vida familiar. En nuestros días, esto no constituye realmente una excepción, sino que es la regla. Las familias recién formadas se enfrentan a un escenario similar a menudo: ambos reparten su tiempo entre las horas de oficina y las horas dedicadas al hogar o al cuidado de los hijos.
Para empezar, no es lo mismo tener un trabajo activo que uno sedentario, ni tampoco un trabajo que implique viajes constantes o en el que los horarios varíen demasiado. Si tu trabajo implica cualquier clase de actividad física (como desplazamientos, tareas que impliquen fuerza, traslados a pie, etc.), tu necesidad calórica es mayor y por lo tanto puedes permitirte más calorías diarias. De igual manera, necesitarás equilibrar los nutrientes y comer más carbohidratos de asimilación media-alta, como papa o pasta.
Por otra parte, si además de exigirte físicamente, tu trabajo implica largos períodos de exposición al sol, mantente siempre hidratado con agua, infusiones o sopas ligeras. Los largos períodos de exposición al sol pueden afectar la piel, por lo que es recomendable consumir alimentos ricos en vitamina A y carotenoides, como la zanahoria, la naranja o la espinaca.
En el caso de que tu trabajo sea sedentario y requieras permanecer largos períodos de tiempo frente al computador o en un escritorio, consumir demasiadas calorías no es recomendable. De hecho, terminará por engordarte y hacerte sentir pesado. Sin embargo, no consumirlas es la razón de esos ‘break’ continuos en la panadería más cercana, con sus innumerables cafés azucarados con el objetivo de mantenerte activo y despierto. Prefiere disminuir la cantidad de calorías en tus comidas que evitarlas por completo. Evita consumir carbohidratos en la media tarde y la cena (si lo haces, será mejor si son integrales).
La hidratación constante es válida para cualquier tipo de trabajo, aunque necesitarás mucha menos agua si pasas más tiempo en la oficina. Lo importante es mantener tu cuerpo hidratado, pues así relajas el sistema nervioso y facilitas la digestión.
La misma atención debemos darle a nuestros pequeños antojos. Los famosos ‘break’ no son malos y en muchos casos son recomendables, siempre y cuando sean saludables. En lugar de comprar la pasta o empanada de la panadería más cercana (menos aún si es industrial o empacada), considera llevar tu propia comida en un tupper (un sánduche vegetal en pan integral, algo de fruta, nueces, etc.) y consumirlo a media mañana junto con yogur o alguna bebida ligera.
Para quienes tienen un trabajo ajetreado o viajan todo el tiempo, el problema más común es depender siempre de la comida preparada en los restaurantes. En este caso, haz lo posible para comer siempre a las mismas horas y elige lugares con pocos fritos y no muy condimentados. Si comes a distintas horas, intenta consumir fruta fresca entre comidas y no quitarle la piel. Así aprovecharás toda la fibra y tendrás suficiente energía para continuar tu día.
Otro caso muy común en nuestros días es trabajar en horarios variables que no dependen de nuestra voluntad. En ese caso se hace más difícil planificar una
dieta saludable,
o incluso encontrar momentos para hacer ejercicio. Si este es tu caso, asegúrate de comer bien antes de empezar tus tareas, sin abusar o empacharte. Comer demasiado afectará tu rendimiento, disminuirá tu concentración y te pondrá de mal humor.En general, comer bien implica mantenerte bien nutrido, hidratado y con energía para realizar tu trabajo. Los
desórdenes alimenticios
se producen cuando no tomas en cuenta qué estás comiendo ni las horas a las que lo haces, pues eso implica necesariamente que tengas hambre y cedas a esos ‘antojos’ tan perjudiciales para la salud. Además, los desórdenes alimenticios suelen inducir malos hábitos de sueño, por lo que empezarás a sentirte fatigado.Recuerda que no debes suplir tus necesidades calóricas con azúcares vacíos como dulces, café o cualquier comida empacada, pues eso solo distraerá al organismo y puede aportar al aparecimiento de enfermedades. Es mejor hacer un esfuerzo por cambiar esos malos hábitos y empezar a comer bien y lo suficiente. Incluye, de ser posible, una dieta variada. Combinar legumbres, verduras, suficientes proteínas, frutos secos y fruta fresca mantendrá siempre la fatiga y el cansancio lejos de tu horario laboral. Ya lo sabes. Ahora, ¡a aplicarlo!