Los seguros inclusivos conocidos también como microseguros son productos de seguro asequibles, de formato simplificado, diseñados específicamente para poblaciones de bajos ingresos que históricamente han tenido acceso limitado a los servicios financieros tradicionales. Su objetivo es brindar protección financiera ante eventos adversos (como enfermedades, fallecimientos, pérdidas en el negocio o desastre naturales) a segmentos vulnerables, al tiempo que se asegura la sostenibilidad del sector asegurador que los provee.
En esencia, un microseguro funciona igual que un seguro convencional el cliente paga una prima (monto) periódica y recibe una cobertura o indemnización si ocurre el siniestro asegurado pero adaptado en escala y condiciones: primas muy bajas (accesibles al ingreso popular), sumas aseguradas moderadas, lenguaje sencillo, mínimos requisitos de suscripción y reclamos rápidos. Estas características permiten que personas con ingresos inestables o bajos puedan asegurar riesgos básicos (vida, salud, vivienda, medios de sustento, cultivos, etc.) pagando montos acordes a su capacidad. En palabras de la nueva normativa ecuatoriana: son productos simples y asequibles que llevan protección a la mayoría de ecuatorianos, especialmente a aquellos hoy excluidos de este beneficio
jprf.gob.ec.Al no contar con seguros ni ahorros suficientes, estas poblaciones quedan extremadamente vulnerables a las crisis. Más del 70% de los adultos ecuatorianos afirmaron que les sería difícil reunir fondos para una emergencia en 30 días. Sin seguros, ante una enfermedad grave o un desastre natural, muchas familias se ven obligadas a endeudarse, vender sus pocos activos o sacrificar el bienestar del hogar (por ejemplo, reduciendo gastos esenciales en alimentación, salud o educación). Los seguros inclusivos protegen a estas poblaciones de caer (o recaer) en la pobreza al ocurrir un imprevisto, fomentando la resiliencia financiera y contribuyendo a un desarrollo más equitativo “sin dejar a nadie atrás”.
Los seguros inclusivos abarcan una variedad de ramos o categorías, similares a los seguros tradicionales pero adaptados al segmento objetivo. A continuación se describen los principales tipos de microseguros:
- Seguros de vida y accidentes personales: Son de los productos más comunes en microseguros, pues cubren riesgos de fallecimiento o lesiones del asegurado. Entre los 10 microseguros identificados en Ecuador en 2021, los de vida y salud representaban el 75% de las personas cubiertas. Suelen ofrecer sumas aseguradas modestas para fallecimiento (que ayudan a la familia con gastos de sepelio o deudas pendientes) o indemnizaciones por accidentes que causen invalidez.
Otro producto innovador premiado fue un seguro de vida con componente de ahorro, adaptado a las capacidades económicas de personas vulnerables, de modo que además de la cobertura por fallecimiento acumula un fondo que el cliente puede recuperar si no ocurre siniestro. Este tipo de coberturas combinadas brindan valor dual (protección + ahorro) y han resultado atractivas para fomentar la cultura aseguradora en sectores populares. En general, los microseguros de vida/accidentes tienen gran aceptación porque ofrecen tranquilidad familiar a bajo costo y son fáciles de distribuir (muchas veces vienen “empaquetados” con créditos o servicios básicos).
- Seguros de salud y protección médica: Aunque menos difundidos, existen esquemas inclusivos de salud, por ejemplo seguros hospitalarios de bajo costo. Cubren gastos por hospitalización o enfermedades específicas mediante pagos únicos o servicios básicos. En Ecuador el sector salud privado ha estado dominado más bien por medicina prepagada tradicional (planes de salud integrales de costo elevado), por lo que el desafío ha sido crear microseguros de salud de formato simplificado.
Una modalidad son los “microseguros hospitalarios” que pagan un monto fijo por cada día de internación del asegurado en un hospital público, para que la familia cubra gastos de transporte, medicamentos o compensación de ingresos. También se ofrecen seguros de cáncer u otras enfermedades graves con primas muy bajas, enfocados en diagnósticos frecuentes en la población de bajos recursos. Estos productos de salud inclusivos complementan los servicios públicos, reduciendo el impacto económico de enfermarse para quienes viven del jornal diario.
Seguros agrícolas (agropecuarios): Son clave para pequeños agricultores, ganaderos y pescadores que enfrentan pérdidas por eventos climáticos, plagas u otros riesgos fuera de su control. El microseguro agrícola típico cubre los costos de insumos o una parte del ingreso esperado si la cosecha se pierde. En Ecuador, el programa Campo Seguro es emblemático: un seguro agrícola permanente, subvencionado por el gobierno, que protege a pequeños y medianos productores agrícolas y ganaderos frente a desastres naturales.
Este seguro, gestionado por el Ministerio de Agricultura, funciona bajo un modelo público-privado: el Estado subsidia gran parte de la prima (hasta 60%) y aseguradoras privadas asumen el riesgo remanente. Campo Seguro ha distribuido pólizas a agricultores a través de bancos públicos y privados, cooperativas de ahorro y crédito, casas comerciales de insumos y proveedores de semillas, logrando mayor capilaridad en el campo. Sin embargo, la cobertura sigue siendo limitada respecto al universo de pequeños agricultores, por lo cual se han propuesto pilotos innovadores (por ejemplo, explorar seguros paramétricos basados en índices climáticos) para ampliar el alcance de este programa. Además de cultivos, existen microseguros especializados para otros medios de vida rurales: seguros pecuarios (para pérdidas de ganado), seguros pesqueros artesanales, etc., con el fin de proteger la seguridad alimentaria y los ingresos rurales.
Seguros catastróficos (desastres naturales): Son seguros que indemnizan a personas de bajos recursos en caso de eventos catastróficos como terremotos, inundaciones o eventos climáticos extremos. En la práctica, Ecuador tiene un nivel muy bajo de cobertura contra riesgos catastróficos: en 2019, todos los seguros por riesgos catastróficos (no solo microseguros) apenas representaron 2,4% de las primas totales del mercado asegurador. Esto indica que tanto los sectores populares como muchos sectores medios carecen de seguro ante desastres. Dado que Ecuador es altamente expuesto a fenómenos naturales (país de “riesgo muy alto” según el índice mundial de riesgo 2023), se está reconociendo la urgencia de desarrollar microseguros paramétricos de desastres que permitan indemnizaciones rápidas a familias afectadas sin necesidad de peritajes individuales.
Otras coberturas y microseguros especializados: La innovación en microseguros está llevando a productos para riesgos diversos. Algunos ejemplos incluyen: microseguros funerarios, que cubren gastos de sepelio (muy populares al atender una necesidad sentida en entornos de bajos ingresos); seguros para micronegocios (protegen el pequeño inventario de una tienda o las herramientas de un artesano contra robo, incendio u otros daños); microseguros de hogar popular (para viviendas sencillas, cubriendo daños por incendios o desastres a bajo costo); seguros de robo de celular o billetera, etc. En Perú, por ejemplo, uno de los microseguros de más rápido crecimiento recientemente es el de protección contra robo y asalto, ligado a la cobertura de tarjetas de crédito de clientes de bajos ingresos (689 mil usuarios a 2023).
La tendencia es que los seguros inclusivos evolucionen para cubrir de forma asequible los riesgos emergentes que amenazan el bienestar de los más pobres, desde la pérdida del empleo informal hasta daños por violencia o accidentes de tránsito en áreas rurales.